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El proceso de globalización que experimenta el mundo comienza en el siglo XXI una nueva fase que afecta a la economía mundial. Así lo recoge el artículo de Mauro Guillén y Emilio Ontiveros sobre los Retos para la economía internacional en un mundo cambiante.

Según Guillén y Ontiveros, esta nueva fase económica está marcada principalmente por dos factores: La rápida propagación de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) y el ascenso de las economías emergentes.

Las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC)

El impacto de las TIC en las actividades económicas y sociales viene determinado por las características que hacen de esta un tecnología capaz de transformar la sociedad y la economía mundial:

  • La rápida capacidad de expansión de las posibilidades asociadas al uso de las TIC.
  • La posibilidad de usar estas tecnologías con costes bajos o decrecientes.
  • La versatilidad de las aplicaciones de las TIC a distintos ámbitos de la actividad económica y social.
  • La fácil y barata permeabilidad geográfica de este tipo de tecnologías, el límite geográfico es casi inexistente.
  • La conectividad que proporcionan estas tecnologías multipropósito es esencial para la concepción de diversas áreas de la gestión empresarial o de la comunicación social y política.

 

Economías emergentes

Una economía emergente es un país que siendo una economía en vías de desarrollo, comienza a crecer con su propio nivel de producción industrial y sus ventas al exterior. De esta manera, aparece como competidor de otras economías más desarrolladas.

El otro factor que marca la nueva fase de economía mundial son este tipo de economías. El acceso de los países emergentes a las tecnologías de la información ha promovido la entrada en la escena económica global de un número creciente de países no considerados desarrollados desde el punto de vista institucional, pero que tienen importancia en los procesos económicos globales.

“Han sido más de dos décadas de crecimiento económico superior al promedio mundial las que han determinado que las economías emergentes lleguen a representar la mitad de la actividad económica global” explican Mauro Guillén y Emilio Ontiveros. Tal es así que en la actualidad el un 75 por ciento de las reservas de divisas del mundo se encuentran en posesión de las economías denominadas emergentes.

Así mismo, ligado a estas economías emergentes en los mercados global se encuentra la presencia de empresas multinacionales provenientes de mercados emergentes. En la década de 1980, esas economías representaban alrededor de 36% del PIB mundial y aproximadamente un 43% del crecimiento del PIB mundial. Para 2010-2015 esas cifras pasaron a ser 56% y 79%, respectivamente.

De ser un fenómeno marginal han pasado a representar en 2010 el 25% de las 500 compañías más grandes del mundo, el 29% del numero total de empresas multinacionales y el origen del 41% de los flujos de inversión directa extranjera de los últimos cinco años.

A principios de 2016, Maury Obstfeld, economista jefe del Fondo Monterario Internacional (FMI) explicaba que “ver el mundo desde una óptica basada predominantemente en las economías avanzadas es algo que está cada vez más pasado de moda”. En un 2016 en el que la renta variable europea acumula pérdidas y la renta estadounidense no termina de despegar, los países emergentes ya ganan más de un 4%.